UNA MUJER CON LEALTAD

Conozco Senegal desde la época de Senghor. Mantuve cierta relación con Abdu Diouf, el primero católico y el segundo musulmán, pero ambos excelentes defensores del país de la Teranga. En resumidas cuentas, un país muy receptivo y con gente maravillosa, siempre dispuesta a venderte lo que sea y ayudarte en lo que necesites.

Desde hace años tiene un Consulado Honorario en Las Palmas.  Alberto Van Bockel ostentó tal Honor durante dos décadas, siendo admirado por su buen hacer y por el empeño en ser buena persona con las dos orillas.

Ahora su adorada hija, Katia Van Bockel que siempre estuvo al lado del patriarca, con el mismo perfil que éste, se ocupa de todos los menesteres necesarios en la diplomacia.

Ya desde 1987, en la Feria Internacional de Canarias, aprendió a querer y respetar a los africanos, tan exóticos para muchos, y excelentes personas para el resto. Quien la conoce, me dice un pajarito, la quiere y la admira, porque es buena gente, mejor amiga y maneja cómo nadie las tres culturas: belga, española y senegalesa. Doole Ji.

Palabras de Andres Martín desde su Faceboock